jueves, 5 de noviembre de 2009

Omar Khayyam ( Omar Jayyam), Biografía


Ghiyath al-Din Abu l-Fath Omar ibn Ibrahim Al-Nishaburi al-Jayyam (عمر بن إبرهيم خيام بيشابوري en persa y árabe) u Omar Jayyam (18 de mayo de 1048 - 4 de diciembre de 1131, presuntas fechas). Matemático, astrónomo y poeta persa, nacido en Nishapur, la entonces capital selyúcida de Jorasán (actual Irán). Su nombre suele encontrarse también escrito de acuerdo a la transcripción inglesa, Khayyam. Igualmente, puede aparecer la versión árabe del nombre, Omar al-Jayyam u Omar ibn al-Jayyam. La traducción literal de su apellido es "fabricante de tiendas", profesión que ejerció su padre, Ibrahim. Omar Jayyam

Biografía : Omar nació en Nishapur, alrededor del año 1040 DC, donde también murió, probablemente en el 1124 DC. Allí y en la ciudad de Balj, recibió una sólida educación en los temas de las ciencias y filosofía. En el 1070, se trasladó a Samarcanda, donde el patrocinio del jurista Abú Taher le permitió completar su “Tesis sobre Demostraciones de Álgebra y Comparación”. Con ella logró gran reconocimiento y prestigio, hasta el punto de ser llamado por el Sultán Malek Shah, que le encargó la construcción de un observatorio astronómico situado en Marv, (actualmente Mary, en Turkmenistán) según consigna Nezam-el-Molk, en su libro “Siasat Namé”, en colaboración con otros siete astrónomos y matemáticos, entre ellos: Abdolrahman Jazení y Meimún-ebne Nayib Vasetí.

Omar Khayyam realizó relevantes investigaciones en astronomía, principalmente la corrección del antiguo calendario Zaratustrano. Desde entonces se adoptó una nueva era, conocida como jalaliana o el Seliuk. En 1092 realizó su peregrinación a La Meca, según la costumbre musulmana y a su regreso a Nishapur trabajó como historiador y maestro en matemáticas, astronomía, medicina y filosofía entre otras disciplinas.

Su trabajo literario está escrito en la lengua materna del poeta, el persa (lengua hablada en Irán, Tayikistán, Afganistán, Georgia, parte de la India y parte de Pakistán, también conocida como dari o tayico). En sus poesías se destacan la delicadeza y sutileza en su lenguaje. Como filosófico, Omar Khayyam fue materialista, pesimista y escéptico.

Las obras más destacadas de Omar Khayyam son el Rubayyat, que posee 1000 estrofas epigramáticas de cuatro versos que hablan de la naturaleza y el ser humano.

La lectura del Rubayyat significa un acercamiento a la literatura oriental. Contiene un profundo sentido humano que canta los deleites del amor y los goces de la vida que con las transposiciones de amargura y optimismo, conforman el carácter del individuo acentuado en su realidad. La vida exige al hombre duros sacrificios porque es esclavo de sus propios prejuicios. Entre tantos absurdos no disfruta de su efímera existencia. Khayyam quiere convencer al hombre de que está equivocado y lo invita a que se desnude de dogmas y doctrinas para que aproveche de los valores tangibles de la naturaleza.

Aportes a las Matemáticas y a la Ciencia : Durante 18 años, realizó relevantes investigaciones en astronomía, que abarcaron la compilación de tablas astronómicas y particularmente, la corrección del antiguo calendario Zaratustrano, que los persas habían conservado debido a su exactitud, a pesar de que la cultura islámica imponía a todas las naciones conquistadas su calendario lunar. Las investigaciones realizadas, le permitieron calcular el error del calendario persa que tenía un año de 365 días exactos. Para el nuevo calendario, que se llamó Yalalí, (por orden de Malek Shah, que también se llamaba Yalaledín) Jayyam calculó la duración del año con una exactitud pasmosa. Su error es de un día en 3770 años, menor aún que el del calendario gregoriano (de un día en 3330 años), que recién se comenzaría a emplear en Europa a partir del 15 de octubre de 1582. Fue formalmente inaugurado el 15 de marzo de 1079, y es el calendario empleado todavía hoy por los Persas. Jayyam no pudo terminar las tablas astronómicas a causa de las muertes de Nezam-el-Molk, y en el mismo año, 1092 DC, la del sultán Malek Shah.

Hizo su peregrinación a La Meca, según la costumbre musulmana en el 1092 DC. A su regreso a Neishabur, permaneció vinculado a la corte donde se desempeñó como historiador y juez, y dio clases de disciplinas como matemáticas, astronomía, historia, medicina y filosofía. Lamentablemente, su obra científica sólo nos llegó en parte. Son extraordinarias: la “Disertación sobre una posible demostración del postulado paralelo, de la geometría de Euclides”, la “Tesis sobre Demostraciones de Álgebra y Comparación” escrita en árabe (traducida por Woepecke en 1851), y el “Tratado sobre la exactitud del sistema Indio para calcular raíces de ecuaciones” referido a ecuaciones de segundo y tercer grado, “Los Problemas en Aritmética y Cálculo”, la “Descripción de las Tablas Astronómicas de Malek Shah”, el ensayo “Luz de la Razón” sobre la ciencia en general, y la “Disertación sobre Ciencias Naturales”. Existen unos ocho trabajos más, sobre física, economía, historia, filosofía, metafísica y tradiciones.

En su “Tesis sobre Demostraciones de Álgebra y Comparación”, desarrolla el primer procedimiento de solución de las ecuaciones cuadráticas y cúbicas a partir de las secciones cónicas, que permite encontrarles una raíz positiva, y asimismo logra demostrar que tienen al menos una segunda raíz. Su afirmación de que no se puede hallar las raíces de las ecuaciones de tercer grado mediante regla y compás, no pudo ser demostrada hasta 750 años después, y la teoría de las ecuaciones de tercer grado, se desarrolló recién en el siglo XVII, con Descartes.

Fue el primero que describió el desarrollo de la potencia de un binomio con exponente natural, y estableció, por primera vez en la historia de las matemáticas, la idea de que las fracciones podrían constituir un campo numérico con propiedades más amplias que el campo de los números naturales, único conocido entonces, y que databa desde los griegos. Estos conceptos teóricos se contaron entre las matemáticas de punta durante todo el renacimiento europeo. La crónica de Nezam-el-Molk, destaca a Jayyam como insuperable astrónomo. Pero sus aportes a las matemáticas, que entonces no se comprendieron en toda su trascendencia, aventajan notoriamente sus importantes logros en astronomía.

A pasar de las dificultades de la época en la que vivía, escribió numerosos trabajos, entre los que se incluye "Problemas de Aritmética", que es un libro de música y otro de álgebra y todo esto antes de cumplir sus 25 años.

En 1070 escribió su famoso trabajo de álgebra, "Tratado sobre demostraciones de problemas de Álgebra", el cual contiene una completa clasificación de ecuaciones cúbicas resueltas geométricamente, mediante la intersección de secciones cónicas. Y es que intentó clasificar ecuaciones cuadráticas con éxito, aunque no pudo encontrar la solución para todas las ecuaciones cúbicas, a pesar de estar seguro de que era posible hacerlo, ya que en algunos casos halló soluciones geométricas.

Malek Shah, nieto del fundador de la dinastía Seljuq, llamó a Omar Khayyam para que se trasladase a Esfahan para instalar un observatorio. Omar dirigió este conservatorio durante 18 años, convirtiéndose en un centro de investigación excepcional. En este lugar se elaboraron tablas astronómicas y se contribuyó a la reforma del calendario ya que las investigaciones llevadas a cabo, le permitieron calcular el error del calendario persa, el cual tenía 365 días exactos y debemos de tener en cuenta que a finales del S.XIX eran 365,242196 días y en la actualidad la duración que se da del año es de 365,242190; de ahí que Omar contribuyera a la reforma del calendario. Y, por último, decir que este calendario hoy día es el empleado por los persas. En 1092 se produce la muerte de Malek Shah y se abandona la financiación del observatorio, por lo que la reforma del calendario es abandonada y las tablas astronómicas no pueden ser llevadas a cabo, es decir, acabadas por Omar y es que él mismo sufrió los ataques de los ortodoxos musulmanes al interrumpirse el período de paz que había tras la muerte citada anteriormente, de Malek Shah.

Investigó las ecuaciones y a él se debe el que la incógnita de las mismas se llame x: Jayyam la llamaba shay ("cosa" o "algo", en árabe). El término pasó a xay en castellano, y de ahí quedó sólo la inicial x. (Maalouf, Amin (1988). Samarcanda. Madrid: Alianza, 1989. 8420656879).

Literatura : Se requiere una gran erudición, para cubrir un campo de conocimientos tan vasto como el de Omar Jayyam y para lograr la calidad de la sabiduría que nos trasmite, también en su poesía, que ha requerido siglos para empezar a ser debidamente valorada, al desarrollar la humanidad una cultura más ajustada al universo natural, y menos limitada por las creencias en que se debió apoyar en su proceso de evolución. Los científicos y en particular los astrónomos, han concretado el reconocimiento a su enorme talento, designando con su nombre, un importante cráter de la Luna. (El cráter Omar Jayyam, se encuentra en las siguientes coordenadas lunares: latitud 58,0 N y longitud 102,1 oeste).

Como genio literario, Omar Jayyam es conocido en occidente por la colección de poemas, a él atribuidos, llamada Robaiyyat, nombre persa que alude a su estructura. A través del Robaiyyat, que el sabio escribió a lo largo de su vida, nos trasmite sus ideas acerca de temas tan distintos como la ciencia y el conocimiento, la moral y el comportamiento personal, religión y teología, cómo ser feliz, la nostalgia por lo vivido, el disfrute de la vida antes de la muerte, de dónde venimos y a dónde vamos.

Es conocido ante todo por su poesía, un corpus llamado Ruba`iyyat ("cuartetas", en árabe), que como su nombre indica son series de cuatro versos, escritos en la lengua materna del poeta, el farsi. Hay discrepancias sobre los versos que constituyen las Ruba`iyyat ya que éstas han sido en gran mediada reconstruidas a partir de varias copias diferentes, y es posible que en alguna recopilación haya versos no debidos a la mano del poeta.

Los Robaiyyat fueron expurgados y fijados por Sadeq Hedayat (1903-1951) escritor iraní, quien nos habla de Jayyam desde dos vertientes: como filósofo y como poeta. En el primero nos dice que era un filósofo materialista, pesimista y escéptico. Según Jayyam la naturaleza ciega y sorda continúa el ciclo: el cielo está vacío y no atiende a los gritos de nadie. Su pensamiento está empapado de tristeza, pena, inexistencia y muerte.

“si los que aún no han venido vieran como sufrimos

por culpa del destino, no vendrían jamás”.

(Cuarteto 28) (© Traducción de Zara Behnam y Jesús Munárriz para Hiperión)

Para Jayyam, más allá de la materia no existe nada. El mundo está hecho a base de la unión de partículas que funcionan por mera casualidad.

“De aquel jarro de vino, que a nadie perjudica,

llena tu copa y bebe, y sírveme a mi otra,

muchacho, antes de que haga, sin prestar atención,

con tu tierra y la mía un jarro el alfarero”.

(Cuarteto 68)

En cuanto a poeta percibe la naturaleza con una delicadeza y sutileza especiales, destacando la belleza de su lenguaje:

“El viento de levante rasgó a la flor el velo...” (60)

“La nube entre sollozos lloró sobre la hierba...” (61)

“La luz de la luna rasga el manto de la noche...” (111)

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