lunes, 28 de diciembre de 2009

Escala de amor, Jorge Manrique

Estando triste, seguro,
mi voluntad reposaba,
cuando escalaron el muro
do mi libertad estaba:
a escala vista subieron
vuestra beldad y mesura,
y tan de recio hirieron,
que vencieron mi cordura.

Luego todos mis sentidos
huyeron a lo más fuerte,
mas iban ya mal heridos
con sendas llagas de muerte;
y mi libertad quedó
en vuestro poder cativa;
mas placer hobe yo
desque supe que era viva.

Mis ojos fueron traidores,
ellos fueron consintientes,
ellos fueron causadores
que entrasen aquestas gentes
que el atalaya tenían,
y nunca dijeron nada
de la batalla que vían,
ni hicieron ahumada.

Desde que hobieron entrado,
aquestos escaladores
abrieron el mi costado,
y entraron vuestros amores;
y mi firmeza tomaron,
y mi corazón prendieron,
y mis sentidos robaron,
y a mí sólo no quisieron.

Fin

¡Qué gran aleve hicieron
mis ojos, y qué traición:
por una vista que os vieron,
venderos mi corazón!

Pues traición tan conocida
ya les placía hacer,
vendieran mi triste vida
y hobieran dello placer;

mas al mal que cometieron
no tienen escusación:
¡por una vista que os vieron,
venderos mi corazón!

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