miércoles, 9 de junio de 2010

José Agustin Goytisolo, Biografía


José Agustín Goytisolo
(1928-1999)

Miembro de una conocida familia de escritores –sus hermanos Juan y Luis son conocidos novelistas–, el poeta José Agustín Goytysolo formó junto con Gabriel Ferrater, Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma o el novelista Juan García Hortelano, entre otros, la llamada Escuela de Barcelona –núcleo de la Generación de los 50–, que revitalizó con fuerza la apagada lírica española de la posguerra.

José Agustín Goytisolo Gay nació en Barcelona el 13 de abril de 1928. Era hijo de José María Goytisolo y de Julia Gay, dama oriunda de l'Empordà (Girona) pero de ascendencia francesa.

Los antecedentes más cercanos de la familia Goytisolo se remontan al bisabuelo Agustín, nacido en Lequeitio (Vizcaya) en 1812 y que, muy joven aún, se fue a hacer las Américas a Cuba, donde amasó una gran fortuna. De regreso a Cataluña adquirió varios inmuebles en una zona señorial y hasta se hizo construir una mansión en la entonces solitaria plaza de Cataluña.

Buena parte de su patrimonio lo heredó su hijo Antonio, abuelo de los escritores, el cual compró un palacete morisco en la Ciudad Condal, donde vivía holgadamente tanto de sus rentas como de las de su esposa, Catalina Taltavull, heredera a su vez de una enorme fortuna derivada de negocios familiares en la isla de Menorca. De este matrimonio nacieron cinco varones y cinco mujeres.

El hijo mayor, José María se casó en 1918 con Julia Gay Vives, una bella joven de la burguesía liberal ilustrada y bienpensante, mujer culta que entendía varios idiomas, tocaba el piano e incluso llegó a escribir poesía. Ella transmitiría esa vena literaria a sus hijos, escritores en el futuro. En el palacete nacerían Antonio, que moriría adolescente y Marta. Luego la familia se trasladaría a un caserón de la Vía Augusta, en el que nacieron José Agustín y Juan, éste en 1931. En 1935 nace el más pequeño, Luis, en una casa de estilo francés que la familia acababa de adquirir en la parte alta de la ciudad.

Durante todos estos años, los Goytisolo disfrutaron de una confortable vida burguesa, cuya placidez quedó bruscamente truncada por el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936. Huyendo de las iras anarquistas se refugiaron primero en una finca que la familia tenía en el Maresme y después en una masía de Viladrau, pueblo montañés cercano al Montseny donde los hermanos vivirían un forzoso y largo período vacacional impuesto por la guerra. Una guerra que trajo la desgracia a la familia, ya que en una de sus idas a Barcelona, la madre fue alcanzada en el Paseo de Gracia-Gran Vía por una bomba de la aviación franquista, muriendo en el acto.

Algunos han querido ver en este episodio dramático el origen de la animadversión que los futuros escritores profesarían al franquismo, unos como activos militantes del Partido Comunista de España, y otros como José Agustín que jamás militó en partido alguno pero que destacó siempre por su participación en actos de rebeldía contra el régimen de los vencedores. Para otros, la ausencia de la madre explicaría también las divergencias que posteriormente surgieron entre los hermanos y su dedicación a la escritura como válvula de escape. Los hermanos Goytisolo, sobre todo José Agustín, jamás asumieron la trágica desaparición de aquella madre que era el núcleo aglutinador de la familia. Cuenta Miguel Dalmau, autor de la biografía "Los Goytisolo", que los tres hermanos fueron educados por el padre en el miedo y un abrumador sentido de culpa colectivo por la muerte de la madre. A ello han de sumarse las difíciles relaciones que mantuvieron con su progenitor, lleno de paranoias y fijaciones por la esposa y el hijo primero fallecidos. Tal era su estado mental que convirtió a su mujer muerta en tabú familiar, prohibiendo siquiera mencionarla indirectamente, hasta el punto de imponer el nombre de Eulalia a una sirvienta que se llamaba Julia, como su esposa.

Terminada la guerra, los Goytisolo crecerían en la Barcelona de los duros años cuarenta, soportando los rigores de una educación impregnada hasta la médula del nacionalcatolicismo. Para mayor frustración, con el franquismo sobrevino también el declive económico de la familia.

Expulsado de los jesuítas junto con su amigo Joan Raventós, José Agustín continuó sus estudios en los hermanos de la Salle, entre 1940 y 1945, donde terminó el bachillerato. Matriculado en Derecho en la antigua Facultad de Letras de la Universidad de Barcelona, sufrió la violencia de los miembros del Sindicato Español Universitario (SEU), siendo expedientado por una supuesta vinculación al Partido Comunista, lo que le obliga a desplazarse a Madrid. Allí se relaciona con gente como Emilio Lledó, José Angel Valente y Angel González, en una época en la que ya había nacido el embrión del llamado grupo de Barcelona, cuyos integrantes se reunirían regularmente en el desaparecido bar Cristal de la calle Balmes, para hablar entre copa y copa de lo humano y lo divino. Era un grupo compacto en la amistad pero disperso en los gustos literarios. Mientras que Gil de Biedma era más bien anglófilo y Carlos Barral francófilo, José Agustín estaba más cercano a Dámaso Alonso, Antonio Machado, Pablo Neruda o poetas italianos como Cesare Pavese o Pasolini.

José Agustín fue de los primeros en sobresalir como literato y aunque en 1955 ya había editado "El retorno" con claras influencias de la llamada poesía ética, su libro es de las pautas de la Generación del 98. En 1959 participó junto a los más relevantes poemas "Salmos al viento" (1958) quien lo revela como una de las voces más contrastadas de la poesía de la posguerra, erigiéndose en alternativa a toda una serie de poetas de muy buen trino pero con el reloj parado y anclados poetas de su generación, en el homenaje a Antonio Machado, en la localidad francesa de Collioure, donde el universal poeta sevillano se halla enterrado. Fueron años de efervescencia, en los que José Agustín se sumergió de lleno.

A lo largo de la década de los sesenta intervino en diversos homenajes a figuras republicanas y en actos como la Caputxinada de 1966, uno de los hitos políticos de Cataluña que marcaron el camino hacia la todavía lejana democracia. José Agustín Goytisolo refleja magistralmente los vaivenes de aquellos años en obras como "Años decisivos" (1961), "Claridad" (1961), "Algo sucede" (1968) o "Bajo tolerancia" (1977). Durante esta época se dedicó también a pronunciar conferencias sobre poesía catalana y a escribir sobre el mismo tema en publicaciones españolas y extranjeras. Fruto de ello es la "Antología Poetas catalanes contemporáneos", preparada por José Agustín y que se agotó en sólo tres meses.

Su amistad con el gran cantautor Paco Ibáñez, iniciada a mediados de los sesenta, contribuiría a difundir su obra mediante multitudinarios recitales en Europa y Sudamérica, donde su verso sencillo y hondo prendería en el alma de las gentes. Más tarde pondrían música a sus versos Amancio Prada, Rosa León y Joan Manuel Serrat. Versos como Palabras para Julia, El lobito bueno, Me lo decía mi abuelito, "Historia conocida", Soldado si, La berceuse de Julia, etc, trascendieron las paredes de las bibliotecas y de las universidades para convertirse en referentes populares de una época, en la que el poeta prefería que se hablara más de su obra que de sí mismo. Sus poemas, de hecho eran conocidos más allá del restringido ámbito estrictamente literario. Baste decir que en 1993 se estrenó en la Universidad de Málaga, un espectáculo titulado "La voz y la palabra", que se convirtió en itinerante un año después. En él, José Agustín recitaba con una sobriedad estremecedora, alternando su voz con las canciones de Paco Ibáñez sobre poemas no sólo propios, sino de toda la lírica castellana. Entre 1994 y 1995 recorrió toda España, viajó a Buenos Aires, Montevideo, Sarajevo y París. Con el mismo título grabó un CD que se convirtió en una pieza de coleccionista, por la mínima difusión que de él se hizo a instancias del poeta.

José Agustín Goytisolo formó parte, a finales de los años setenta y principio de los ochenta, del Taller de Arquitectura, iniciativa que reunió a poetas, arquitectos, sociólogos, urbanistas y otros personajes destacados en diversos ámbitos creativos y profesionales. Aglutinado en torno a la figura del arquitecto Ricardo Bofill, el objetivo del colectivo era buscar una arquitectura vinculada a las exigencias materiales y culturales del hombre de finales del siglo XX.

Entre 1980 y 1990 Goytisolo publicará "Los pasos del cazador", en el que ofrecía su propia filosofía, "Palabras para Julia y otras canciones" (1980), "A veces gran amor" (1981), "Sobre las circunstancias" (1982), una antología temática de su obra, "La bruja hermosa" (1984), "Final de un adiós" (1984), donde vuelve a la formula elegíaca que ya empleara en "El retorno", "El pirata honrado" (1984) y "El rey mendigo" (1988) finalista del Premio Nacional de Literatura en 1989.

Después de varios años de silencio poético debido a las depresiones que atenazan su inventiva, parece volver a encontrarse con la inspiración y da salida a varios poemarios: "La noche le es propicia" (1992), una historia de amor en cuarenta poemas que dedicó a Pedro Salinas, "El ángel verde y otros poemas encontrados" (1993), "Elegías a Julia Gay" (1993), dedicado a la memoria de su madre, "Novísima Oda a Barcelona" (1993), donde reconstruye en setecientos versos la historia de la Ciudad Condal desde el siglo IV hasta el año 2010, con unas predicciones que no fueron del agrado de ciertas instituciones. A estas obras siguieron "Como los trenes de la noche" (1994), "Cuadernos del Escorial" (1995), "Las horas quemadas" (1996) y la antología "Poeta en Barcelona" (1997). Además de haber escrito una veintena de libros propios, Goytisolo ha traducido a otros autores, tanto extranjeros (Quasimodo, Ugaretti, Pavese, Pasolini, Quarantotti, Bassani, Agostinho Neto, Esenin, Puccini), como españoles en lengua catalana (Salvat-Papasseit, María Manent, Joan Vinyoli, J. V. Foix, Carles Riba, Josep Carner, Gabriel Ferrater, Rosselló-Pòrcel, Salvador Espriu, Josep Mª de Segarra, Pere Quart y Montserrat Roig). También ha preparado varios volúmenes antológicos:

# Nueva poesía cubana. Antología poética
# Poetas catalanes contemporáneo
# Veintiún poetas catalanes para el siglo XXI
# Jorge Luis Borges:
# Poemas escogidos José Lezama Lima: Esfera-imagen y Fragmentos a su imán.

El 19 de marzo de 1999 moría trágicamente al precipitarse desde una ventana. Algunos de sus allegados afirman que en el momento de su fallecimiento se encontraba muy deprimido, manejándose la hipótesis del suicidio. La familia, sin embargo negó esta posibilidad y atribuyó su muerte a un desgraciado accidente mientras reparaba una persiana.

Nos deja un extenso conjunto poético donde tras un disfraz a veces irónico, otras veces sarcástico se esconde un personaje tierno y cargado de tristeza. Poseedor de uno de los lenguajes más depurados de la literatura castellana de los últimos años, Goytisolo consigue que sus poemas tengan un aire de inmediatez y de frescura, a la par que una clara aspiración de construir un nuevo humanismo sobre los escombros de la cultura oficial que el grupo de los 50 quiso demoler con su piqueta.

Para su adiós quizás sean adecuadas las mismas palabras que pronunció en Coulliure ante la tumba de Machado: "Yo no he venido a llorar tu muerte, sino que alzo mi vaso y brindo por tu claro camino y porque siga tu palabra encendida".

He aquí un pequeño poema, recogido de su libro "Palabras para Julia y otras canciones", amargo y con tintes "machadianos", reflejo de la tristeza del poeta barcelonés:


ADIÓS

Señor de todas las cosas
que yo tuve, escúchame.
Nada de lo que tenía
me sirvió para después.

Nada de lo que tenía:
ni la mirada más pura
ni el amor ni la esperanza
ni tan sólo la alegría.

Señor de mis ilusiones
perdidas hasta más ver.
Ojalá que en mi camino
no te cruces otra vez

COMO LA PIEL DE UN FRUTO

Como la piel de un fruto suave
A la amenaza de los dientes
Iluminada alegre casi
Ibas camino de la muerte

La vida estaba en todas partes
En tu cabello sobre el césped
Sobre la tierra que añorabas
Sobre los chopos por tu frente

Todo pasó tal un verano
Sobre tu carne pura y breve
¡Como la piel de un fruto eras
tan olorosa y atrayente!

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