viernes, 1 de marzo de 2013

Abandono, Manuel altolaguirre


¡Qué dulce dolor de ancla

en el corazón sentías!

Tu corazón reteniendo,

duro coral, mi partida.



Ahogada en amor, tu amor

como un mar me sostenía.

Altos vientos me empujaron

solitario a la deriva.



Si mi nave se fue lejos

más profunda quedó hundida

tu dura rama de sangre,

rota el ancla de mi vida.



Solo, entre las grises nubes

que mis sienes acarician,

sin ti voy por entre nieblas

recordando tu agonía.

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