viernes, 1 de marzo de 2013

Amor, Manuel Altolaguirre


Mi forma inerte grande como un mundo

no tiene noche alrededor ni día

pero tiniebla y claridad por dentro

hacen que yo, que tú, vivamos.

Mares y cielos de mi sangre tuya

navegamos los dos. No me despiertes.

No te despiertes, no, sueña la vida.

Yo también pienso en mí cuando te sueño

y robo al tiempo todas mis edades

para poblar mis íntimas moradas

y acompañarte siempre, siempre, siempre.

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